En el patio, oteando,
Vigilando al que disfruta,
la mano amiga y pura.
Dichosa inocencia niña,
La que tienes en tu alma,
Brillan tus ojos negros
Penetran en mi mirada.
A veces con miedo,
Esperas una respuesta velada,
Y yo niña te respondo
Con ternura en mi mirada.
Amo tu piel oscura,
Piel con tacto de seda,
Amo el brillo de tu tez,
Tu tez brillante en espera.
Algún día te harás mujer,
¡pero no pierdas la frescura!,
esa que me transporta
a la felicidad eterna y pura.
Tú nunca sabrás mi niña,
lo que yo intento decirte,
sin palabras, con miradas.
Pero te juro, princesa
Que tu triunfo es mi bandera.
auuu
ResponderEliminarMaestra y poeta. Cuánto me queda por aprender¡
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